¿Y si crear no fuera perder el tiempo?

Un manifiesto suave para quienes hacen arte aunque el mundo no lo entienda

Desde chiquita, siempre escuché que tenía la letra bonita.
No era casualidad: mi mamá me ponía a practicar caligrafía Palmer como si me estuviera preparando para firmar tratados de paz universales. Pero más allá de la letra, lo que a mí me gustaba era crear: recortar, pegar, dibujar, pintar… inventar.

El tema es que crecer en una familia donde el arte no se ve como “algo que da plata” puede cortar muchas alas.
Mi papá, que pinta espectacular y tiene un talento que uno se queda mirándolo en silencio, no pudo hacer una vida estable con eso. Así que cuando yo empezaba a mirar los colores con ojitos de amor, él ya me estaba apuntando hacia una ingeniería. Y bueno, ahí terminé.

Pero hay cosas que una no puede dejar de ser. Y ahí fue cuando llegó el lettering.

No sé explicarlo muy bien, pero esa primera vez que jugué con letras fue como volver a casa. Como si todo lo que había guardado en silencio hubiera encontrado por fin una salida: bonita, lenta, con ritmo propio. Y así empecé. Luego llegaron las acuarelas, los bordados, los hilos, los papeles… y ya ves, aquí estoy: creando cada vez más.

🌿 Crear me salva (y seguro a ti también)

He pasado por momentos duros. De esos que hacen temblar la confianza, que apagan el ánimo y desordenan la cabeza. Y en medio de eso, fueron mis hobbies los que me sostuvieron.

No porque fueran una distracción, sino porque me anclaban.
Me devolvían a mí.
Me mostraban que podía hacer algo bonito incluso en días feos.
Que mis manos sabían más que mi mente apurada.

Y sí, sé que hay gente que todavía cree que colorear, bordar o hacer lettering es «perder el tiempo».
Yo también lo creí un rato. Hasta que entendí que ese tiempo me lo estaba devolviendo a mí misma.

🧡 Para ti que quieres empezar (y te da miedo “no ser buena”)

No se nace sabiendo. Se aprende haciendo.
Así que no te preguntes si eres buena, pregúntate si te hace bien.
Y si la respuesta es sí, dale.
Hazlo mal, hazlo raro, hazlo con errores… pero hazlo tuyo.

Mi ritual siempre empieza con un té rico o un café helado, una velita aromática y algo de música o un podcast. A veces hasta una serie de fondo. Es mi forma de decirle al cuerpo: “tranquila, ya podemos crear”.

Y cada creación es un pedacito de mí. Hay cosas que he pintado sin saber que eran catarsis, hasta que las vi tiempo después y dije: ah, claro… ahí estaba sacando todo.

Crear no es perder el tiempo.
Es recuperarlo.
Es volver a ti.

Y si este blog te inspira aunque sea un poquito a intentarlo, entonces ya valió la pena.

Con amor,

Mary

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